Pequeña historia
La primera luz que llega a mis ojos es la de Madrid. Será premonición o casualidad, quizás estaba escrito, yo tenía que ser… pintora. Las mañanas llenas de luz, los atardeceres con esas puestas de sol que faltan palabras para definirlos. ¿Quién nacido aquí o llegado de otro lugar ha visto cielos como los nuestro?

Lo cierto es que yo sentía algo que no sabía definir pero que estaba ahí, según fue pasando el tiempo se hizo más fuerte.
Entre tanto pasó el tiempo, estudie mi bachillerato, mi carrera de diplomada en enfermería, mi carrera de piano a falta de algunos cursos, y aquello seguía ahí, intentando dar forma. Un día sin más salió: ¡Yo quería ser pintora!
Los primeros bocetos brotan de mis manos cómo gaviotas al viento, las olas bailando sus interminables danzas y yo con mis lapiceros trazando fantasías al viento, playa de Laredo año 19… Ante aquellos bocetos de un mar lento o embravecido se despierta mi alma de artista, era el comienzo.
Empiezo a ir a clases con una copista del museo del Prado, durante un año. Después me apunto a unos cursos de paisaje en el Parque del Buen Retiro de Madrid. Más tarde me apunto a las clases del maestro don Eduardo Peña Ruiz. A partir de aquí mi camino comienza.
Mi inspiración me lleva a elegir una amplia variedad de temas, siendo el retrato uno de mis preferidos.
Uso distintas técnicas: Óleo , pastel, carboncillo y tintas.
Mi estilo es realista.
Mi primera exposición individual fue en el año 1994 en el Centro Cultural de Chamartin. :“Nicolas Salmeron”, (Madrid).
A partir de aquí comienza mi carrera , espero transmitir a los demás la paz que yo siento.


(Texto de Isabel Fernández Sánchez)